Y así fui recapitulando las despedidas de familiares, amigos, conocidos, y un largo historial de procesos de velatorios y funerales. Las variadas muestras del dolor, resignaciones, agradables despedidas y otras no tanto.

Logre hacer un estudio casi innato, de registros visuales, en cuyos casos en un 90 % el familiar, amigo o conocido, se le realizaron procesos de velatorios y funerales no acorde a lo que en una conversación de mesa u en otra circunstancia, alguna vez desearon en vida. La voluntad de la persona finalmente fue secuestrada por las creencias o procedimientos que el familiar directo del fallecido, cónyuge o quien se hizo cargo del proceso económico, no se tomaron en cuenta (la voluntad de la persona) ni en lo más mínimo, en otros casos solo en parte y así sucesivamente.

Recopile por más de 10 años variadas experiencias de estas. hoy, problemática disyuntiva, y fue tomando cada vez más fuerza la necesidad de ir desarrollando una oportunidad de cambio, basado en el respeto a las decisiones personales, y a su vez, de una imprescindible innovación de ingeniería social respecto a la muerte.